La sopa de papa es uno de los platillos más reconfortantes y tradicionales en muchas culturas latinoamericanas. Su origen se remonta a las zonas andinas, donde la papa es un alimento básico desde tiempos ancestrales. En países como Perú, Bolivia y Ecuador, esta sopa suele prepararse con ingredientes frescos de la región, y es conocida simplemente como “sopa de papa”. En México y Centroamérica, sabores y nombres locales pueden variar ligeramente, pero la esencia de esta sopa cremosa y nutritiva permanece constante. En otros países de Latinoamérica, a veces se le denomina “crema de papa” o “caldo de papa”, haciendo referencia a su textura y consistencia.
Esta sopa ha ido evolucionando con el tiempo y las influencias de diferentes culturas culinarias, incorporando ingredientes como crema, hierbas frescas y quesos, que enriquecen su sabor. Además, es una receta que se puede adaptar fácilmente a las preferencias locales, siendo ideal para acompañar con panes o tostadas, y disfrutarse en épocas frías o como un plato ligero en cualquier momento del año.