Rollos de frutas secas son un dulce tradicional que ha acompañado a muchas generaciones en Latinoamérica. Su origen se remonta a prácticas antiguas de conservación de frutas, donde los frutos se secaban al sol para prolongar su vida útil y poder disfrutarlos en temporadas donde no estaban disponibles frescos.
Este tipo de preparación tiene diferentes nombres según el país: en México y varios países se les conoce como rollos de frutas o dulces de fruta seca, mientras que en otros lugares como Argentina o Chile, se les puede llamar chips de fruta o simplemente fruta deshidratada. A pesar de las diferencias en los nombres, la esencia de esta receta radica en la fruta concentrada en una pasta dulce y masticable, ideal para un snack saludable y delicioso.
Como preparar Rollos de frutas secas
Por cada taza de fruta necesitarás 1-1/2 cucharadas de azúcar.
Pica duraznos, nectarinas o ciruelas muy finos, teniendo cuidado de reservar el jugo.
Coloca la fruta y sus jugos en una cacerola y lleva a ebullición.
Hierve hasta que el termómetro para dulces marque 180 grados.
Enfría un poco.
Pon en la licuadora y mezcla hasta obtener una consistencia suave.
Regresa al fuego y cocina hasta que la mezcla tenga la consistencia de una pasta espesa y se reduzca a la mitad.
Extiende la fruta con un grosor de 1/4 de pulgada sobre bandejas cubiertas con plástico o charolas para galletas.
Cubre las bandejas con una malla de tela de queso, asegurándote de que la tela no toque la fruta.
Coloca en la luz directa del sol durante 12 a 24 horas hasta que esté seca.
También puedes hornear en un horno a 250 grados durante aproximadamente 4 horas.
Coloca la fruta en una charola para galletas ligeramente engrasada o usa papel aluminio para forrar la bandeja.
Los rollos de fruta están listos cuando los bordes se despegan del plástico y el centro no está pegajoso al enfriarse.
Diez tazas de fruta cubrirán una bandeja de 12 x 17 pulgadas.
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Ideas para servir: Haz rollos de fruta deshidratada a la antigua.