La tarta de manzana con queso y masa filo es un postre que combina la frescura de la fruta con la textura crujiente y ligera de la masa filo. Este platillo tiene sus raíces en la tradición culinaria europea, especialmente en países como Grecia y Turquía, donde la masa filo es ampliamente utilizada. En América Latina, esta preparación puede encontrarse bajo diferentes nombres o variaciones, aunque la combinación de manzana y queso es común en diversas recetas caseras y de repostería. Por ejemplo, en México y Argentina se suele preparar tartas o empanadas que incorporan frutas y quesos suaves, aunque la masa filo no es tan habitual, por lo que este postre representa una fusión entre técnicas y sabores tradicionales y contemporáneos.
Además, la masa filo es conocida en otras regiones latinoamericanas y del mundo por su versatilidad. En países como Chile y Colombia, la manzana en postres es muy apreciada, y aunque a menudo se usa masa sablé o quebrada, la masa filo aporta una opción más ligera y crujiente. Esta tarta, por tanto, es un homenaje a la delicadeza y simplicidad al mismo tiempo, ideal para quienes buscan un platillo dulce que no resulte pesado.
Como preparar Tarta de manzana con queso y masa filo
Para comenzar, coloca 2 hojas de masa filo en el centro de un molde para tarta de 9 pulgadas, dejando que los bordes sobresalgan.
Pincela ligeramente con mantequilla para darle un toque dorado y evitar que se reseque.
Repite este proceso dos veces más para obtener varias capas de masa filo bien untadas.
Extiende una capa de mermelada de frambuesa en el fondo de la masa para aportar dulzura y contraste.
En un recipiente, bate juntos el queso ricotta bajo en grasa, 3 cucharadas de azúcar granulada, la ralladura de limón y el huevo hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte esta mezcla sobre la mermelada en el molde.
En otro bol, mezcla las manzanas cortadas con el azúcar granulada restante y la canela molida para aromatizar y endulzar la fruta.
Distribuye las manzanas sobre la capa de queso de manera uniforme.
Enrolla cuidadosamente y desmenuza los bordes sobresalientes de la masa filo, luego mételos en el molde formando un borde que recoja el relleno.
Hornea la tarta a 375°F (190°C) durante 45 a 55 minutos, o hasta que las manzanas estén tiernas y el queso cuajado y ligeramente dorado.
Una vez horneada, deja enfriar a temperatura ambiente para que tome consistencia.
Refrigera antes de servir para mejorar la textura y sabor.
Sirve caliente o frío, según tu preferencia, y disfruta de este delicioso postre que combina lo crocante de la masa filo, la suavidad del queso y la frescura de la manzana.