Los scones son un tipo de panecillo dulce originario del Reino Unido, particularmente asociado con Escocia e Inglaterra. Tradicionalmente, los scones se servían acompañados de té en la tarde, formando parte esencial de la famosa "hora del té". En Latinoamérica, aunque no tienen un nombre exclusivo, se conocen y disfrutan en diversas variantes regionales, a menudo adaptados con ingredientes locales. Por ejemplo, en algunos países se les llama simplemente "bollos" o "panecillos dulces", mientras que en otros se fusionan con sabores propios de la zona, como el uso de frutas o especias autóctonas. Su textura es suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera, lo que los hace perfectos para acompañar con mantequilla, mermeladas o miel.
Los scones de manzana combinan la tradición británica con el sabor fresco y jugoso de la manzana, ofreciendo una opción deliciosa y aromática. Esta receta resulta ideal para disfrutar en el desayuno o la merienda, aportando un toque dulce y natural al paladar.