La salsa de tomate es un clásico culinario que tiene sus raíces en la gastronomía mediterránea, especialmente en Italia, donde es fundamental para la preparación de pastas y pizzas. A lo largo de Latinoamérica, esta salsa ha sido adoptada y adaptada, tomando distintos nombres según el país. En México se le conoce como "salsa roja", en Argentina como "salsa de tomate casera" y en Chile simplemente como "salsa de tomate". Su popularidad radica en su versatilidad y sabor, ya que sirve como base para numerosos platillos tradicionales y modernos.
Este condimento no solo ofrece un sabor delicioso, sino que también es un ejemplo de cómo ingredientes simples pueden combinarse para crear un producto con gran profundidad y carácter. A lo largo de la historia, la salsa de tomate ha evolucionado con diferentes ingredientes y técnicas de preparación, pero su esencia sigue siendo la misma: resaltar el rico sabor natural del tomate complementado con hierbas y especias.