El salmón es uno de los pescados más valorados en la gastronomía mundial, conocido por su sabor delicado y su textura jugosa. La técnica de sellar el salmón se ha popularizado para conservar su interior tierno y jugoso mientras se obtiene una capa exterior crujiente y dorada. Esta preparación ha evolucionado en distintas culturas, adaptándose a ingredientes locales y sabores particulares.
En diferentes países de Latinoamérica, el salmón puedes encontrarlo bajo el mismo nombre, aunque en ocasiones se usa “trucha” para referirse a peces similares de agua dulce. En Perú y Chile, países con una importante industria pesquera, el salmón es protagonista de recetas que combinan influencias europeas y locales, normalmente servido con salsas frescas y hierbas aromáticas.
La vinagreta de tomate y rábano picante es una manera genial de aportar frescura y un toque picante a este plato, fusionando ingredientes que aportan contraste y elevan el sabor del pescado. Este tipo de combinación entre la suavidad del salmón y la intensidad de la vinagreta refleja cómo la gastronomía latinoamericana integra delicadeza y fuerza en sus preparaciones.
Como preparar Salmón sellado con vinagreta de tomate y rábano picante
Sazona los filetes de salmón con sal y pimienta.
Calienta aceite en una sartén para saltear.
Sella el salmón por ambos lados durante 1 a 2 minutos hasta que estén dorados.
El pescado debe estar aún crudo en el centro.
Combina el rábano picante, las migas de pan, la mantequilla, el romero, el estragón y el tomillo.
Agrega sal y pimienta al gusto.
Incorpora el vino blanco y mezcla hasta formar una pasta.
Unta la parte superior del salmón con cantidades iguales de las migas de pan.
Coloca los filetes en una bandeja para hornear engrasada.
Coloca la bandeja en un horno precalentado a 190 grados Celsius.
Hornea durante 5 a 7 minutos hasta que el pescado esté cocido y la costra dorada.
Sirve con vinagreta de rábano picante y tomate.
Para preparar la vinagreta, combina rábano picante, miel, vinagre de arroz, tomates Roma, pasta de tomate, mostaza Dijon, granos de pimienta negra y estragón en una licuadora.
Licúa hasta obtener una mezcla homogénea.
Mientras la licuadora funciona, agrega el aceite de oliva extra virgen en un hilo delgado y constante hasta que esté bien mezclado y espeso.
Cubre la vinagreta y deja a temperatura ambiente antes de servir.
Esta receta rinde aproximadamente 255 gramos.