El pudin pegajoso de caramelo es un postre tradicional con una rica historia en la gastronomía inglesa, conocido como "sticky toffee pudding". Su origen se remonta a la región de Yorkshire, Inglaterra, durante el siglo XX. Este delicioso postre combina textura húmeda y esponjosa con la dulzura intensa del caramelo, lo que lo ha hecho popular en muchos países. En Latinoamérica, aunque no tiene un nombre universal, en ocasiones se le denomina simplemente "pudin de dátiles con caramelo" debido a su ingrediente característico. Este postre ha sido adoptado y adaptado en varias culturas, ganando variaciones en ingredientes y técnicas, pero siempre manteniendo su esencia pegajosa y dulce.
En países como México, Colombia y Argentina, el pudin pegajoso puede encontrarse con ligeras variaciones, y acompañarse con salsas que realzan su sabor a caramelo. En algunos lugares se utiliza azúcar morena o panela para darle un toque más local, mientras que en otros mantienen la receta clásica inglesa. Su versatilidad y sabor hacen que sea un favorito en celebraciones y reuniones familiares en toda Latinoamérica.
Como preparar Pudin pegajoso de caramelo con salsa de caramelo
Para comenzar, ponemos todo excepto la harina y los huevos en un tazón, y dejamos reposar por aproximadamente dos horas.
Luego, licuamos la mezcla, agregando la harina y los huevos para incorporar todos los ingredientes de forma homogénea.
Esta preparación se puede conservar hasta por dos semanas en un recipiente cubierto en el refrigerador, lo que facilita su elaboración anticipada.
Necesitarás ocho moldes de metal para pudín de 6 oz o ocho moldes individuales de 3 pulgadas, ligeramente engrasados para evitar que se pegue la mezcla.
Coloca los moldes en una bandeja para hornear y divide la masa uniformemente entre ellos.
Precalienta el horno a 350 °F o 180 °C para alcanzar la temperatura ideal de cocción.
Cocina los pudines durante aproximadamente 25 minutos o hasta que estén ligeramente firmes al tacto.
Para la salsa de caramelo, coloca todos los ingredientes en una cacerola y derrite suavemente hasta obtener una salsa suave y de color claro.
Finalmente, para servir, cubre cada pudin con la salsa de caramelo y espolvorea con azúcar glas para un toque decorativo y dulce.