Las tartas de mantequilla tienen una larga tradición en la repostería europea, y su influencia llegó a Latinoamérica con la colonización. En diferentes países de la región, estas deliciosas preparaciones reciben nombres variados, aunque la esencia es similar: una masa delicada y un relleno dulce y cremoso. En México y Argentina, por ejemplo, se conocen como "tartaletas de mantequilla", mientras que en Colombia o Venezuela pueden llamarse simplemente "tartas de mantequilla" o "tartaletas dulces". Su popularidad radica en la combinación de texturas crujientes y rellenos suaves que las hacen irresistibles para diferentes ocasiones, desde meriendas familiares hasta celebraciones especiales.
Su origen se remonta a la repostería clásica europea, donde la mantequilla se empleaba para dar textura y sabor a masas finas y quebradizas. Con el paso del tiempo, esta tradición pastelera se fusionó con ingredientes locales, adaptando los sabores y técnicas según la región. Las "premiadas tartas de mantequilla" son un homenaje a estas recetas, elevando una sencilla preparación a un postre reconocido por su sabor y presentación.