El pastel de mermelada de zarzamora es una delicia tradicional que tiene raíces en la repostería casera latinoamericana, especialmente popular en países como México, Colombia y Argentina. En algunos países de Latinoamérica, este tipo de pastel es conocido también como "bizcocho de mermelada" o "tarta de zarzamora", mientras que en otras regiones puede recibir nombres como "pastel de frutas" o simplemente "pastel casero". Esta receta destaca por combinar lo dulce de la mermelada con el aroma y sabor de especias como la canela y el clavo, que le aportan una calidez característica. Su preparación se ha transmitido de generación en generación, siendo comúnmente disfrutado en reuniones familiares y celebraciones.
El uso de zarzamoras en la mermelada resalta el ingrediente natural y fresco, que junto a un glaseado dulce y cremoso, realza el sabor del pastel. La mezcla de especias y la textura esponjosa hacen de este postre una verdadera joya gastronómica que representa la riqueza de la repostería casera latinoamericana.
Como preparar Pastel de mermelada de zarzamora
Ingredientes: Azúcar, mantequilla, huevos, harina todo uso sin blanquear, canela, bicarbonato de sodio, clavo, nuez moscada, mermelada de zarzamora sin semillas, azúcar morena, leche, azúcar glass.
Pasos:
Crema juntos el azúcar y la mantequilla o margarina.
Bate los huevos.
Mezcla la harina y las especias.
Agrega a la mezcla cremosa alternando con mantequilla / leche agria, batiendo bien después de cada adición.
Incorpora la mermelada o conserva de zarzamora y nueces, dejando remolinos de mermelada.
Vierte en un molde para hornear engrasado y ligeramente enharinado de 23 x 23 x 5 cm.
Hornea a 175 grados F.
Horno por 25 minutos o hasta que esté listo.
Enfría completamente.
Cubre con glaseado de caramelo.
Glaseado de caramelo:
En una cacerola pequeña, derrite la mantequilla o margarina.
Agrega el azúcar morena.
Cocina revolviendo constantemente hasta que la mezcla burbujee.
Retira del fuego.
Enfría 5 minutos.
Agrega la leche y mezcla con el azúcar glas.
Bate hasta que se alcance la consistencia para untar.