El pastel de libra es un postre clásico que tiene sus orígenes en Europa, especialmente en Inglaterra, durante el siglo XVIII. Su nombre proviene de la receta tradicional que utilizaba una libra (aproximadamente 450 gramos) de cada uno de sus ingredientes principales: mantequilla, azúcar, huevos y harina. Este pastel se caracteriza por su textura densa y sabor ligeramente dulce, lo que lo convierte en una base perfecta para múltiples variantes y decoraciones. En América Latina, es común escucharlo también como “bizcocho de libra” o simplemente “bizcocho casero”, y aunque la receta varía ligeramente según el país, el concepto básico se mantiene en toda la región.
En países como México, Colombia y Venezuela, el pastel de libra es muy popular en celebraciones familiares y ocasiones especiales, y suele acompañarse con mermeladas, frutas frescas o coberturas de chocolate. Debido a su simplicidad y sabor clásico, se ha mantenido como una receta tradicional que pasa de generación en generación, siendo un básico en muchas cocinas latinoamericanas.