Las pechugas de pollo italianas son una receta popular que refleja la cocina tradicional y casera de Italia, conocida por su simplicidad y explosión de sabores. Aunque su origen está vinculado a la gastronomía italiana, en diferentes países de Latinoamérica reciben diversos nombres, adaptándose a las variaciones locales. Por ejemplo, en México y algunos países del Caribe, suelen llamarse "pollo empanizado al estilo italiano", mientras que en Argentina y Chile se conoce comúnmente como "pollo a la parmesana", haciendo referencia al uso del queso parmesano en su preparación. Esta receta ha trascendido las fronteras europeas gracias a la emigración italiana, consolidándose como un plato familiar que combina ingredientes accesibles y técnicas sencillas de cocina.
La originalidad de este platillo radica en su costra crujiente y aromática, resultado de la mezcla de queso parmesano, hierbas y pan rallado, que se une a la ternura y jugosidad de la pechuga de pollo. Es un ejemplo perfecto de cómo la cocina italiana ha influido y enriquecido el repertorio culinario latinoamericano, ofreciendo una alternativa deliciosa y nutritiva para todo tipo de comensales.