El pastel de calabaza es un postre tradicional muy apreciado en diversas culturas, especialmente durante la temporada de otoño y festividades como el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. Su origen se remonta a la época colonial, cuando las calabazas eran un ingrediente común en la cocina americana debido a su abundancia y duración. En Latinoamérica, este postre puede variar y recibe diferentes nombres según el país. Por ejemplo, en México se le conoce simplemente como "pastel de calabaza", mientras que en algunos países de Centroamérica lo llaman "tarta de auyama" o "pay de zapallo". Aunque el formato tradicional incluye una base o corteza, en muchas recetas actuales se han desarrollado versiones sin corteza, adaptadas para personas con necesidades dietéticas específicas, como los diabéticos, quienes deben controlar su consumo de azúcar.
Esta variante sin corteza y sin azúcar permite disfrutar del delicioso sabor de la calabaza junto con un toque de especias que evocan la temporada de otoño, sin comprometer la salud. Además, utiliza endulzantes artificiales y alternativas saludables que la hacen ideal para quienes buscan cuidar su glucosa sin renunciar al placer de un postre casero.