El pastel de calabaza con miel es una exquisitez que combina la tradición y el sabor de ingredientes naturales que evocan la temporada otoñal. Su origen se remonta a la influencia que las culturas indígenas y europeas tuvieron en la gastronomía de América Latina, donde la calabaza ha sido un alimento básico desde tiempos ancestrales. En diferentes países latinoamericanos, este postre puede recibir nombres distintos como "pastel de zapallo" en Chile, "empanada de calabaza" en algunas regiones de México, o simplemente "tarta de calabaza" en áreas de Argentina y Colombia. Su preparación suele variar, pero siempre mantiene ese balance entre el dulzor de la calabaza y el toque especial que brinda la miel, haciendo que sea un plato esperado para celebraciones familiares y festividades.
Este pastel tiene la virtud de ser versátil y nutritivo, al aprovechar ingredientes como huevos, especias y lácteos que realzan el sabor de la calabaza. Además, gracias a la influencia de la miel, se le añade un dulzor natural y suave que contrasta perfectamente con las especias calientes como la canela y el clavo. Este postre es un homenaje a las tradiciones culinarias latinoamericanas, que fusionan sabores y técnicas ancestrales con ingredientes contemporáneos.
Como preparar Pastel de calabaza con miel
Para comenzar, forrar un molde para pastel de 9 pulgadas con un disco de masa.
Formar un borde festoneado para darle un toque decorativo.
Con un tenedor, pinchar toda la masa para evitar que se infle durante el horneado.
Colocar el molde en el congelador por 30 minutos para que la masa tome consistencia.
Forrar la masa con papel aluminio o papel para hornear, luego llenar con pesas para pastel o cadenas para pastel.
Hornear la masa vacía en la rejilla más baja a 400 °F por 10 minutos.
Retirar las pesas y el papel aluminio.
Continuar horneando por aproximadamente 10 minutos más o hasta que la masa esté firme y ligeramente dorada.
Para el relleno: mientras tanto, en un tazón grande, batir ligeramente los huevos.
Agregar puré de calabaza, miel, crema ligera, canela, clavos, jengibre, nuez moscada y sal.
Mezclar bien todos los ingredientes y verter la mezcla en la masa prehorneada.
Combinar la crema agria con la leche.
Verter esta mezcla en un dispensador de plástico con una abertura muy, muy, muy estrecha.
Colocar el dedo sobre la abertura y posicionar el dispensador sobre el pastel.
Quitar el dedo y rociar rápidamente la mezcla en un patrón en espiral sobre el relleno.
Comenzando desde el centro, tirar suavemente con un cuchillo o palillo.
Comenzando desde el exterior, pasar el cuchillo por el medio de los intervalos hacia el centro para crear un patrón de telaraña.
Hornear en la rejilla más baja a 350 °F por aproximadamente 1 hora o hasta que el relleno esté firme y un cuchillo insertado en el centro salga limpio.
Dejar enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar y servir.