El pan de mijo es una preparación tradicional que encuentra sus raíces en diversas culturas agrícolas donde el mijo ha sido un alimento básico durante siglos. Originario de regiones de Asia y África, el mijo se ha extendido por América Latina, especialmente en zonas donde el cultivo de cereales es menos común. En diferentes países de Latinoamérica, este pan puede ser conocido por nombres variados, pero su esencia se mantiene: un pan nutritivo y sin gluten, ideal para quienes buscan alternativas saludables al trigo. En México y algunos países de Centroamérica, el pan de mijo se asocia con comida casera y recetas rústicas que aprovechan ingredientes frescos y naturales.
Su preparación refleja la importancia del mijo como grano versátil y energético, que además aporta una textura única y un sabor suave que combina muy bien con verduras y especias. En sectores rurales y en la cocina consciente de hoy en día, este pan se valora por su aporte nutritivo y por ser una excelente opción para dietas balanceadas. Así, el pan de mijo continúa siendo un símbolo de tradición y salud en la mesa latinoamericana.
Como preparar Pan de mijo
Enjuaga el mijo y colócalo en una cacerola mediana con el agua y 1/2 cucharadita de sal.
Cocina, con la tapa ligeramente entreabierta, a fuego medio durante unos 20 minutos, o hasta que esté suave.
El mijo debe absorber toda el agua.
Sofríe las zanahorias, el apio, las cebollas y el ajo en aceite de sésamo hasta que las cebollas estén translúcidas.
Agrega los condimentos.
Mezcla el mijo cocido con las verduras, junto con las semillas de girasol, si lo deseas.
Agrega 3 cucharadas de harina a la mezcla de mijo, mezclando bien.
Engrasa ligeramente 2 moldes para pan.
Presiona la mezcla de mijo en el molde y hornea a 400°F durante una hora.
Deja enfriar el pan durante unos 10 minutos antes de desmoldarlo sobre una fuente y cortarlo en rebanadas.
Sirve con puré de papas, ejotes y mucha salsa marrón.