Mermelada de limón es una preparación tradicional muy apreciada en muchas culturas, especialmente en regiones donde los cítricos abundan. Su origen se remonta a antiguas técnicas de conservación de frutas mediante el azúcar, utilizadas para disfrutar el sabor del limón más allá de su temporada. En Latinoamérica, esta mermelada también puede conocerse como dulce de limón o conserva de limón, dependiendo del país. Por ejemplo, en México y Colombia suele prepararse con una textura similar a la mermelada dulce clásica, mientras que en Argentina y Uruguay el término conserva hace referencia a una mezcla menos espesa y con trozos enteros de la fruta. Este producto no solo es delicioso untado sobre panes o galletas, sino que también se utiliza en la repostería para realzar el sabor de diversos postres.
Como preparar Mermelada de limón
Lava los limones y, trabajando sobre un plato grande para recoger los jugos, corta la fruta en rodajas, quita las semillas y átalas en una bolsa de muselina.
Coloca la fruta, los jugos, la bolsa y el agua en una cacerola para conservas, cubre y lleva cuidadosamente a ebullición, cocina a fuego lento hasta que la cáscara esté blanda.
Retira del fuego y añade el azúcar calentado, mezclando bien hasta que se disuelva.
Lleva a ebullición y reduce el fuego para mantener un hervor suave.
En aproximadamente 10 minutos, la mermelada estará cocida y espesa.
Retira la bolsa, exprimiéndola bien y pasa la pulpa por una licuadora o picadora.
Devuelve al cazo.
Calienta suavemente batiendo bien con una cuchara de madera para asegurar que tengas una mermelada suave y homogénea.
Lleva a ebullición removiendo continuamente y cuidando mucho que no se queme.
Retira del fuego casi inmediatamente.
Enfría y sella.