Las albóndigas son una preparación culinaria que ha trascendido fronteras, encontrando variaciones únicas en diferentes países de Latinoamérica. Originarias de la cocina mediterránea, estas pequeñas bolas de carne molida se han adaptado y fusionado con ingredientes típicos de cada región. En México, por ejemplo, se les conoce simplemente como "albóndigas" y suelen servirse en caldos o salsas. En otros países como Colombia y Venezuela, también son muy populares pero pueden incluir ingredientes adicionales o especias propias de su gastronomía, mientras que en Argentina y Chile se las puede disfrutar acompañadas de papas o arroz. A pesar de las diferencias, el concepto básico permanece: una mezcla de carne y condimentos moldeada en forma de bolitas y cocinada de diversas maneras.
Como preparar Las mejores albóndigas de Bergie
Para comenzar esta deliciosa receta, mezcla la carne molida, papas crudas ralladas, cebolla picada, sal y pimienta de Jamaica en un recipiente amplio.
Mezcla bien todos los ingredientes utilizando tus manos para asegurar que la mezcla quede homogénea y lista para moldear.
Forma la mezcla en albóndigas del tamaño de una pelota de ping pong, procurando que queden bien compactas.
En una cacerola, pon el caldo de res junto con el agua y lleva a ebullición.
Agrega cuidadosamente las albóndigas al caldo hirviendo y espera a que vuelva a hervir.
Cocina a fuego lento durante 5 minutos para que las albóndigas comiencen a cocinarse por dentro.
Con una espumadera, retira las albóndigas y escúrrelas sobre una toalla de papel para eliminar el exceso de líquido.
Reserva el caldo caliente para continuar con el proceso de cocción y sabor.
Si lo deseas, puedes almacenar las albóndigas y el caldo en tu refrigerador por hasta 2 días, para preparar la receta cuando gustes.
Cuando estés listo para servir, derrite la mantequilla junto con el aceite de oliva ligero en una sartén a fuego medio.
Dora las albóndigas por todos lados, moviendo la sartén frecuentemente para lograr un dorado uniforme y delicioso.
Añade el caldo reservado a la sartén y cocina a fuego lento hasta que las albóndigas estén bien cocidas y tiernas.
Si prefieres una salsa más espesa, puedes agregar un poco de harina disuelta y cocinar hasta obtener la consistencia deseada.