El Chile Blanco es una receta tradicional muy apreciada en el norte de México, especialmente en los estados de Chihuahua y Sonora. Este platillo se distingue por su sabor suave y cremoso, basado en frijoles blancos y pollo, lo que lo convierte en una opción reconfortante para los días fríos. En otros países de Latinoamérica, aunque no se encuentra exactamente el mismo plato, se pueden encontrar variantes que utilizan frijoles y pollo, aunque con diferentes especias y preparaciones. Por ejemplo, en algunos lugares de Centroamérica, se consume una sopa o guiso similar pero con frijoles rojos o negros y con un toque particular de sus respectivas regiones. El nombre “Chile Blanco” hace referencia tanto al uso de chiles claros y suaves, como a la apariencia pálida y cremosa del platillo una vez terminado.
Esta receta refleja la riqueza culinaria del norte mexicano, donde los ingredientes locales y los métodos tradicionales se combinan para crear una experiencia única. Es común que las familias tengan su propia versión del Chile Blanco, variando tipos de chiles o el queso utilizado, lo que demuestra la flexibilidad y adaptabilidad del platillo a diferentes gustos y regiones.
Como preparar Chile blanco de Ken S
Para comenzar, remojar los frijoles durante la noche para asegurar que queden suaves y se cocinen de manera uniforme.
Combinar los frijoles remojados, el caldo de pollo, las cebollas picadas y los dientes de ajo en una olla grande.
Cocinar la mezcla durante 1 a 2 horas hasta que los frijoles estén completamente listos.
Cuando los frijoles estén tiernos, agregar las pechugas de pollo sin hueso ni piel, comino, orégano, pimienta de cayena, sal, pimienta, jugo de limón y los chiles verdes.
Dejar hervir a fuego lento aproximadamente una hora para que los sabores se integren bien.
Agregar el queso Monterey Jack rallado al final de la cocción.
Continuar la cocción hasta que el queso se derrita completamente.
Es importante revolver regularmente para evitar que el queso se hunda en el fondo y se queme.
Los tiempos de cocción son aproximados, básicamente se cocina hasta que los frijoles estén listos y hayan absorbido las especias, luego hasta que el queso se derrita.
A veces no es necesario usar todo el caldo de pollo, pues no se desea un platillo demasiado caldoso. Generalmente se añaden unas cuatro latas de caldo y se ajusta con la última según sea necesario.
Esta receta rinde una olla grande, perfecta para compartir en familia.
Servir el Chile blanco acompañado de una ensalada fresca y pan de ajo para disfrutar de una comida completa y deliciosa.