El Pudding de Yorkshire es una receta tradicional británica que ha trascendido fronteras y ha encontrado lugar en diversas culturas gastronómicas. Originario de Yorkshire, Inglaterra, este platillo nació como una forma económica y deliciosa de aprovechar los jugos del asado. En Latinoamérica, aunque el nombre exacto no siempre se conserva, se conoce por preparaciones similares que acompañan carnes asadas, y en países como México o Argentina puede encontrarse bajo variantes caseras que recuerdan su textura y sabor característico. A pesar de sus diferencias regionales, el pudding mantiene su esencia: una masa ligera y esponjosa que se cocina al horno hasta inflarse y dorarse, siendo un complemento ideal para diversos platillos.
Este postre salado, o acompañamiento, tiene diferentes nombres en Latinoamérica dependiendo de la preparación o los ingredientes adicionales, aunque el término “pudding” se entiende generalmente como un tipo de pastel o budín. En algunas regiones, recetas expresan influencias británicas, y el pudding de Yorkshire se reconoce por su textura aireada y su sabor suave pero envolvente, perfecto para combinar con salsas y carnes.
Como preparar Pudding de Yorkshire de la abuela
Para comenzar, en un tazón combine la harina y la sal, asegurándose de integrar bien estos ingredientes secos.
Con una batidora de mano, agregue la leche en un chorro continuo, mezclando hasta obtener una consistencia suave y sin grumos.
Incorpore el agua y los huevos, batiendo hasta que la mezcla esté bien combinada y espumosa.
Deje reposar la mezcla, cubierta, a temperatura ambiente durante 1 hora para que tome textura.
Precaliente el horno a 450°F (aproximadamente 230°C).
Divida la grasa entre seis moldes para muffins, distribuyéndola de manera uniforme.
Caliente los moldes en el horno hasta que la grasa casi comience a humear, esto asegura un resultado crujiente.
Mientras tanto, bata la mezcla nuevamente hasta que esté espumosa y luego divídala entre los moldes ya calientes.
Hornee durante 10 minutos en el tercio inferior del horno sin abrir la puerta para evitar que el pudding se desinfle.
Reduzca la temperatura a 350°F (175°C) y continúe horneando por otros 10 minutos, hasta que los puddings estén inflados, crujientes y dorados.
Sirva inmediatamente para disfrutar su textura perfecta y sabor tradicional.
Ingredientes necesarios: harina, leche, huevos y grasa (puede ser la grasa del asado o aceite vegetal).