Pollitos de Cornualles, conocidos como Pavitos de Cornualles en algunos países, son una variedad pequeña de pollo que se ha popularizado en diversas cocinas latinoamericanas por su sabor delicado y su textura suave. Originarios de Inglaterra, estos pollitos se caracterizan por ser más pequeños que los pollos comunes, lo que los hace perfectos para preparaciones individuales o platillos especiales.
En Latinoamérica, estos pollitos reciben diferentes nombres según la región. En México y algunos países del Caribe se les conoce como "pollitos de Cornualles", mientras que en otros lugares pueden llamarse simplemente "pavitos" o "pollitos pequeños". Su uso en la gastronomía varía desde asados hasta guisados, pero una de las formas más tradicionales y favoritas es fritos en profundidad para obtener una piel crujiente y carne jugosa.
La técnica de freír pollitos de Cornualles profundamente tiene raíces en la cocina anglosajona, pero ha sido adaptada en América Latina con toques locales como el uso de manteca vegetal y condimentos frescos como limón, sal y pimienta para realzar su sabor. Esta receta ofrece una delicia culinaria que combina la tradición con el ingenio de cada región.
Como preparar Pollitos de Cornualles fritos profundamente
Para comenzar esta receta exquisita, asegúrate de no llenar tu olla más de la mitad con manteca o aceite, ya que esto permitirá el inevitable hervor cuando agregues las gallinas. Es fundamental que las gallinas estén a temperatura ambiente antes de freírlas, para que la temperatura de la grasa no baje drásticamente al colocar un ave muy fría.
Enjuaga las gallinas cuidadosamente y sécalas completamente por dentro y por fuera con toallas de papel. Luego, déjalas reposar a temperatura ambiente durante una hora para que se asienten.
Precalienta el horno a 200 grados Fahrenheit y coloca una rejilla grande de alambre sobre una bandeja para hornear o charola para galletas, preparación que te ayudará a mantener los pollitos crocantes después de la fritura.
En una olla grande, derrite la manteca vegetal a fuego alto hasta alcanzar una profundidad de 2 a 3 pulgadas y caliéntala a 375 grados Fahrenheit. Con sumo cuidado, coloca un pollito de Cornualles en la manteca caliente.
Fríe en aceite profundo, volteando ocasionalmente, hasta que el pollito esté dorado y crujiente. Al retirar, sazona con sal, pimienta y unas gotas de limón al gusto para darle un toque fresco y aromático.
Disfruta de estos deliciosos pollitos de Cornualles fritos profundamente, una opción irresistible para compartir en cualquier ocasión especial o para consentirte con un platillo tradicional y lleno de sabor.
