Alcachofas rellenas horneadas son un plato tradicional que tiene sus raíces en la cocina mediterránea, especialmente en regiones como Italia y España, donde la alcachofa ha sido apreciada desde tiempos antiguos por sus propiedades culinarias y medicinales. En varios países de Latinoamérica, este alimento se conoce también como alcachofa, aunque en algunos lugares se le llama alcaucil (como en Argentina y Perú) o alcachofera (en México).
El método de rellenar y hornear alcachofas combina la textura suave de esta verdura con sabores intensos y aromáticos, adaptándose a diferentes gustos y variantes regionales. Además, es una preparación que realza la versatilidad de la alcachofa y permite disfrutarla en una presentación elegante y bien condimentada.
Como preparar Alcachofas rellenas horneadas
Para comenzar, recorta las alcachofas y quita las pelusas internas, asegurándote de que queden limpias y listas para cocinar.
Agrega jugo de limón y sal a una olla grande con agua hirviendo, luego incorpora las alcachofas y lleva nuevamente a ebullición.
Reduce el fuego a medio y hierve sin tapar durante 20 a 30 minutos o hasta que se pueda sacar una hoja con facilidad.
Escurre las alcachofas boca abajo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de agua.
Precalienta el horno a 190 °C (375 °F) mientras preparas el relleno.
En un tazón pequeño, combina las migas de galleta salada, 1/3 taza de aceite de oliva, ajo picado, orégano y pimienta negra al gusto.
Coloca una cuarta parte de esta mezcla en el centro de cada alcachofa, asegurándote de cubrir bien el hueco.
Pinta las alcachofas por encima con 2 cucharadas de aceite de oliva para dar brillo y sabor durante el horneado.
Coloca las alcachofas en un molde para hornear de 20 x 20 x 5 cm.
En una taza medidora, mezcla agua y caldo concentrado de pollo, y vierte esta mezcla en el fondo del molde para mantener la humedad y sabor.
Hornear las alcachofas durante 20 minutos o hasta que estén bien calientes y el relleno ligeramente dorado.
Mientras tanto, en una cacerola pequeña a fuego bajo, derrite la mantequilla.
Revuelve durante 3 a 5 minutos o hasta que la mantequilla comience a dorarse ligeramente, cuidando que no se queme.
Retira del fuego y agrega jugo de limón para darle un toque ácido y fresco.
Coloca las alcachofas en platos individuales y pon 1 cucharada de mantequilla con limón sobre cada una.
Sirve la mantequilla restante por separado para que cada comensal pueda añadir a su gusto.