El pastel de queso checoslovaco es una deliciosa tradición culinaria que proviene de la antigua Checoslovaquia, un país de Europa Central que hoy se divide en dos naciones: la República Checa y Eslovaquia. Este postre ha sido apreciado durante generaciones por su textura suave y su sabor delicado, que combina la dulzura con un toque ligero de limón y ron. En diferentes países de Latinoamérica, puede encontrarse bajo nombres similares relacionados con el queso o pastel de requesón, aunque con variaciones locales. Es un ejemplo de cómo las recetas europeas se han adaptado y mantenido vivas en diversas culturas, celebrando la riqueza del queso fresco en la repostería.
Como preparar Pastel de queso checoslovaco
Para preparar este exquisito pastel, comienza precalentando el horno a 350 grados F.
Pasa el requesón por un colador para escurrirlo adecuadamente, eliminando el exceso de líquido.
En un tazón grande, combina la mantequilla, el azúcar y las yemas de huevo.
Bate esta mezcla hasta que esté espumosa. Después, agrega la maicena, la leche, el ron oscuro, el queso, la ralladura de limón y las pasas, mezclando todo muy bien para integrar los sabores.
Bate las claras de huevo hasta que formen picos suaves y luego incorpóralas suavemente a la mezcla de queso, cuidando de no perder aire para mantener la textura ligera.
Vierte la mezcla en una base previamente preparada con levadura dulce y hornea por aproximadamente 50 minutos, o hasta que los bordes del pastel estén dorados.
Finalmente, deja enfriar el pastel y sirve a temperatura ambiente para disfrutar de su mejor sabor y textura.