El pastel de mantequilla holandesa es una tradicional preparación que ha trascendido generaciones, especialmente en países con influencia europea. Su origen se remonta a la repostería de los Países Bajos, donde la mantequilla de alta calidad y la textura suave del pastel lo convirtieron en un favorito. En Latinoamérica, este pastel recibe diferentes nombres y variantes, como "pastel de manteca holandés" en México o "torta de mantequilla" en algunos países andinos. Aunque las recetas pueden variar ligeramente, el toque característico es la mantequilla y el extracto de almendra, que le proporcionan un sabor y aroma inconfundibles.
Este pastel se disfruta especialmente en ocasiones especiales y festividades, donde la tradición se mezcla con el sabor casero. A través del tiempo, el pastel de mantequilla holandesa se ha adaptado a ingredientes locales sin perder su esencia, convirtiéndose en un clásico dentro de la repostería latinoamericana.
Como preparar Pastel de mantequilla holandesa
Ingredientes:
Harina, polvo para hornear, azúcar, mantequilla sin sal, extracto de almendra, sal, yema de huevo, clara de huevo y almendras fileteadas.
Engrasar un molde redondo para pastel de 1 1/2 x 8" y espolvorearlo con harina.
Mezclar la harina, el polvo de hornear y el azúcar.
Incorporar la mantequilla.
Asegurarse muy bien de que la mantequilla no esté ni muy dura ni muy blanda, mezclar bien.
Agregar extracto de almendra, sal y la yema de huevo.
Mezclar bien o simplemente engrasar las manos y amasar la masa, hasta que esté muy suave.
Colocar la masa en el molde preparado y presionar firmemente.
Pincelar generosamente la superficie con la clara de huevo.
Se pueden colocar almendras fileteadas en la parte superior del pastel para dar más sabor.
Hornear a 350 °F.
Por 30-35 minutos.
Dejar enfriar completamente antes de servir.