El pastel de durazno con crema y streusel: historia y origen
El pastel de durazno es un postre clásico que ha conquistado paladares en diversas culturas, destacándose especialmente en Estados Unidos y varios países de Latinoamérica. Su origen se remonta a las tradiciones culinarias europeas, donde los duraznos se usaban como ingrediente principal en tartas y pasteles durante la temporada de cosecha.
En Latinoamérica, este pastel puede encontrarse bajo diferentes nombres y variaciones. Por ejemplo, en México es comúnmente conocido como "pay de durazno", mientras que en países del Cono Sur, como Argentina y Chile, puede denominarse "tarta de durazno". Cada región adapta la receta según ingredientes locales y preferencias, pero la esencia del postre –duraznos jugosos combinados con una textura cremosa y una capa crujiente de streusel– permanece intacta.
El streusel, una mezcla arenosa de mantequilla, azúcar y harina, aporta un contraste perfecto a la suavidad del durazno y la crema, haciendo que este pastel sea irresistible y muy popular durante los meses de verano, cuando los duraznos están en su punto óptimo de sabor.
Como preparar Pastel de durazno con crema y streusel
Para preparar esta deliciosa receta, comienza por rebanar los duraznos y colocarlos en la base de la tarta.
Espolvorea los duraznos con 1/2 taza de azúcar y un poco de nuez moscada para darle un toque aromático y dulce.
En un recipiente aparte, bate el huevo y la crema juntos, y vierte esta mezcla sobre los duraznos para aportar cremosidad a la preparación.
Prepara el streusel mezclando azúcar moreno, mantequilla y harina hasta conseguir una textura arenosa.
Espolvorea esta mezcla arenosa sobre la superficie de los duraznos y la crema para lograr ese toque crujiente característico.
Hornea el pastel a 425 grados Fahrenheit (aproximadamente 220 grados Celsius) durante unos 30 a 35 minutos, hasta que esté ligeramente dorado.
Sirve el pastel ligeramente tibio, ya sea solo o acompañado con helado, crema batida o crema agria, según tu preferencia.