El pastel de calabaza es un postre tradicional muy arraigado en la cultura de América Latina y Estados Unidos, especialmente popular durante las celebraciones de otoño y festividades como el Día de Acción de Gracias. Este dulce tiene sus orígenes en las comunidades indígenas americanas, quienes utilizaban la calabaza como un ingrediente esencial en su dieta debido a su disponibilidad y valor nutritivo.
Con la colonización europea, la receta fue evolucionando al combinar técnicas y sabores importados, dando nacimiento al pastel de calabaza tal como se conoce hoy en día. En distintos países latinoamericanos, este postre recibe diversos nombres; por ejemplo, en México y algunas regiones de Centroamérica se le puede conocer como "pay de calabaza", mientras que en Argentina y Uruguay a veces se le llama simplemente "tarta de calabaza". En Chile y Perú, aunque el postre es menos común, la calabaza se emplea en dulces similares que comparten su esencia.
Este pastel es apreciado por su textura cremosa y el equilibrio perfecto entre la dulzura y las especias típicas de la estación, como canela, clavo y nuez moscada, que brindan un sabor cálido y reconfortante. La integración de ingredientes como el queso crema en algunas variaciones, como el pastel de calabaza con remolino, añade un toque distintivo y atractivo que realza su popularidad en diferentes hogares y restaurantes.
Como preparar Pastel de calabaza con remolino
Para comenzar, preparar la masa para tarta para una tarta de un solo corte usando un molde para tarta de 9 pulgadas. Orillar el borde para que quede bien definido.
Precalentar el horno a 325°F para asegurar que esté listo al momento de colocar el pastel.
En un tazón pequeño, con batidora a velocidad media, batir el queso crema hasta que esté ligero y esponjoso.
Incorporar gradualmente la mitad del jarabe de maíz y la vainilla hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
Extender esta mezcla uniformemente sobre el fondo del molde para tarta que ya está forrado con la masa.
En el mismo tazón, combinar la calabaza, los huevos, el resto del jarabe de maíz, la leche evaporada, el azúcar, las especias para tarta de calabaza y la sal.
Batir hasta que la mezcla quede suave y bien integrada.
Verter cuidadosamente esta mezcla sobre la mezcla de queso crema que está en la masa para tarta.
Con un cuchillo o espátula pequeña, hacer remolinos en la superficie para lograr un efecto marmoleado que caracteriza a este pastel.
Hornear a 325°F durante 45 a 50 minutos, o hasta que al insertar un cuchillo a la mitad entre el borde y el centro, éste salga limpio.
Dejar enfriar completamente el pastel sobre una rejilla antes de desmoldar.
Finalmente, guardar el pastel en el refrigerador para mantener su frescura hasta el momento de servir.
¡Disfruta de este delicioso pastel de calabaza con remolino, una combinación perfecta de sabor y textura que encantará a todos!
