El pastel de calabaza es una tradición muy arraigada en muchos países de Latinoamérica y Estados Unidos, especialmente durante la temporada de otoño y las celebraciones de Día de Acción de Gracias. Su origen se remonta a los primeros colonos estadounidenses, quienes aprovecharon la abundancia de calabazas autóctonas para crear un postre delicioso y nutritivo. En varios países latinoamericanos, este postre puede recibir diferentes nombres o presentarse con ligeras variaciones; por ejemplo, en México a veces se le llama "pay de calabaza" o "pastel de calabaza especiado". En países como Argentina y Chile, también es común encontrar versiones que incorporan especias típicas de la gastronomía local, realzando así su sabor y aroma. Además, es una excelente forma de disfrutar los beneficios nutricionales de la calabaza, una hortaliza rica en fibra, vitaminas y antioxidantes.
Como preparar Pastel de calabaza con galleta de jengibre
Precalienta el horno a 325 grados Fahrenheit.
Combina las migas de galleta de jengibre, margarina en barra reducida en calorías y azúcar granulada en un tazón.
Revuelve con un tenedor hasta que la mezcla esté húmeda.
Presiona esta mezcla en el fondo y los lados de un molde para tarta de 9 pulgadas previamente engrasado con spray para cocinar.
Hornea la base a 325 grados por 5 minutos.
Deja enfriar sobre una rejilla.
En un tazón aparte, combina el puré de calabaza fresco con azúcar morena, maicena, canela, extracto de vainilla, sal, nuez moscada, claras de huevo, huevo y leche descremada evaporada.
Vierte esta mezcla en la corteza preparada.
Hornea a 325 grados por 1 hora o hasta que un cuchillo insertado en el centro salga limpio.
Finalmente, deja enfriar el pastel sobre una rejilla antes de desmoldar y servir.