El jarret de cordero estofado con cebada es una receta tradicional que tiene sus raíces en la cocina mediterránea y de Medio Oriente, donde el cordero es un ingrediente ampliamente utilizado. Este plato representa una mezcla perfecta entre la carne tierna y el grano saludable, dando origen a una comida reconfortante y nutritiva. En distintos países de Latinoamérica, aunque el nombre específico puede variar, platos similares se disfrutan bajo términos como guiso de cordero con cebada o estofado de cordero con granos. Por ejemplo, en Argentina y Uruguay se suele preparar el estofado utilizando ingredientes similares, mientras que en México o Perú podrían acercarse con variantes regionales que mezclan la cebada con especias autóctonas.
Este tipo de estofado se ha mantenido a lo largo del tiempo debido a su carácter sustancioso y la facilidad con la que se adapta en ollas de cocción lenta o al horno, ideales para preparar durante largos periodos que permiten que los sabores se integren a la perfección. En la tradición culinaria, la cebada perlada no solo aporta textura y sabor único, sino que también proporciona beneficios para la salud gracias a su aporte de fibra y nutrientes.
Como preparar Jarret de cordero estofado con cebada
Para iniciar esta deliciosa receta, en una sartén pesada o en una olla de hierro, dore las patas de cordero en aceite de oliva caliente para sellar la carne y potenciar su sabor.
Retire las patas y resérvelas para continuar con los siguientes pasos.
Sofría la cebolla, el ajo y las especias como hojas de laurel, tomillo seco y nuez moscada en aceite hasta que la cebolla esté suave y transparente.
En este punto, puede transferir todo el platillo a una olla de cocción lenta o cocinarlo directamente en la olla de hierro, según la disponibilidad y preferencia.
Agregue sal al gusto, cebada perlada, tomates frescos, pasta de tomate y agua junto con las patas de cordero, asegurándose de que toda la cebada esté sumergida en líquido para una cocción uniforme.
Si opta por hornear, cubra bien la olla de hierro y cocine a 325 grados Fahrenheit durante aproximadamente 3 horas o hasta que las patas estén muy tiernas y se desprendan fácilmente del hueso.
En caso de usar una olla de cocción lenta, cocine el platillo en la configuración "bajo" por al menos 8 horas para obtener la textura ideal.
Una recomendación práctica es armar todo la noche anterior y luego solo enchufar la olla de cocción lenta por la mañana, facilitando la preparación durante el día.
Al finalizar la cocción, apague el fuego y deje reposar el platillo sin cubrir durante 10 a 20 minutos para que los jugos se asienten.
Finalmente, use una cuchara grande para retirar cualquier exceso de grasa que pueda haber quedado en la superficie antes de servir.