El glaseado cocido del hombre pobre es una receta tradicional que ha trascendido generaciones, especialmente en países de América Latina. Su nombre popular hace referencia a su sencilla preparación y a los ingredientes accesibles que utiliza, lo que lo convierte en una opción económica y deliciosa para acompañar postres caseros. En otras regiones de Latinoamérica, este glaseado también es conocido como "crema de harina" o simplemente "glaseado casero", destacándose por su textura cremosa y su sabor suave.
El origen de esta receta se remonta a épocas donde la gente debía ingeniárselas con pocos recursos, dando lugar a preparaciones que aprovechaban ingredientes básicos como harina, leche y grasa para crear glaseados y rellenos que realzaran los postres sin necesidad de ingredientes costosos. A lo largo del tiempo, la receta ha mantenido su esencia y popularidad, siendo una opción clásica para tartas, bizcochos y tortas en hogares latinoamericanos.