El ganso salvaje es una tradición culinaria muy arraigada en varias regiones de Latinoamérica, aunque su popularidad varía según el país. Este platillo tiene sus raíces en prácticas ancestrales de caza y aprovechamiento de aves silvestres. En México y algunas partes de Centroamérica, el ganso salvaje se suele preparar en festividades especiales y reuniones familiares, celebrando la riqueza de los ingredientes naturales y técnicas de cocina tradicionales. En otros países latinoamericanos, este tipo de ave también es conocido simplemente como “ganso silvestre” o se incluye en preparaciones que emplean aves similares, adaptándose a ingredientes regionales. Su sabor característico y textura firme lo hacen un platillo especial, ideal para quienes disfrutan de recetas con un toque auténtico y rustico.
Como preparar ganso salvaje
Para comenzar, remoja el ganso previamente desplumado y limpio durante toda la noche en agua bien salada, lo que ayuda a mantener la carne jugosa y aporta un balance en el sabor.
Luego, enjuágalo y sécalo cuidadosamente para preparar el relleno con 2 cebollas y 2 manzanas, ambas cortadas en cuartos, introduciéndolos dentro del ave.
Coloca el ganso con la pechuga hacia arriba en una bandeja para asar abierta y cúbrelo con 2 tiras gruesas de tocino, que contribuirán a mantener la humedad y realzar el sabor.
Dóralo en horno precalentado a 475 grados hasta que el tocino esté crujiente y haya liberado su grasa, lo cual aporta un toque delicioso a la preparación.
Una vez dorado, quita toda la grasa acumulada en la bandeja y deséchala para evitar que el plato quede demasiado grasoso.
Retira con cuidado el tocino del ganso para continuar con el proceso de cocción.
Agrega a la bandeja 1 cebolla en cuartos, 1 zanahoria en cuartos, 1 tallo de apio picado, 1 hoja de laurel, 2 o 3 ramitas de perejil, 1/2 cucharadita de tomillo, 2 latas de consomé junto con 2 latas de agua y 1 taza de vino tinto seco, que servirán para aromatizar y dar sabor a la salsa.
Cubre la bandeja y asa el ganso a 375 grados durante 2 a 2 horas y media, bañándolo frecuentemente con la salsa para mantenerlo jugoso y perfumarlo con los ingredientes.
Verifica que el ganso esté listo cuando la carne se desprenda fácilmente del carcasa, señal de una cocción perfecta y una textura tierna.
Retira el ganso de la bandeja y colócalo en una fuente tibia para que conserve su temperatura mientras preparas la salsa.
Retira y desecha el relleno utilizado dentro del ganso para preparar la presentación final.
Cuela la salsa resultante en la bandeja y espésala con 1 cucharada de maicena mezclada con 2 cucharadas de agua fría, logrando una consistencia ideal.
Corrige la sazón si es necesario, ajustando sal o especias para que el sabor sea equilibrado y delicioso.
Finalmente, sirve el ganso salvaje acompañado de arroz salvaje, un complemento perfecto que realza la experiencia gastronómica de esta receta tradicional.