Galletas saladas de plátano son un delicioso aperitivo que combina la suavidad y dulzura natural del plátano con un toque salado y un leve picante. Esta preparación tiene sus raíces en la cocina caribeña y latinoamericana, donde el plátano es un ingrediente fundamental en muchas recetas tradicionales. En países como Venezuela y Colombia, estas galletas a menudo se disfrutan como acompañamiento o snack, mientras que en otras regiones de América Latina pueden encontrarse versiones similares con pequeños cambios en los ingredientes o condimentos.
En algunos países, estas galletas pueden recibir nombres variados según la región, como "galletas de plátano verde" o simplemente "galletas saladas", y se utilizan tanto en ocasiones cotidianas como en celebraciones. La combinación del plátano con ingredientes salados y picantes como la salsa Tabasco aporta un sabor único que las distingue de las galletas convencionales. Además, su preparación tradicionalmente casera destaca la importancia de los ingredientes frescos y el cuidado en el proceso.
Como preparar Galletas saladas de plátano
Precalienta el horno a 450 grados y engrasa una bandeja para galletas de 12x15 pulgadas.
En un tazón mediano, mezcla la mantequilla, la harina de trigo todo uso y 1/8 de cucharadita de sal hasta que la mezcla tenga una textura arenosa, usando un mezclador de pastelería.
Usando un tenedor, incorpora la salsa Tabasco y el plátano hasta integrar completamente los ingredientes.
En una superficie enharinada, amasa la mezcla suavemente, agregando una pequeña cantidad de harina si es necesario para que la masa quede firme.
Divide la masa en dos partes y extiende una mitad a la vez sobre una superficie enharinada hasta que esté lo suficientemente delgada para cubrir la bandeja para galletas preparada.
Coloca la masa sobre la bandeja y espolvorea ligeramente con sal gruesa.
Usando un cortador de pastelería, corta la masa en cuadrados de 1 pulgada.
Hornea de 6 a 8 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.
Retira las galletas con una espátula y colócalas sobre una rejilla para que se enfríen.
Repite el proceso con la segunda mitad de la masa.