El Crumble de manzana es un postre tradicional que tiene sus raíces en la cocina británica. Surgió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las restricciones alimentarias limitaban el acceso a algunos ingredientes, y el crumble se convirtió en una alternativa sencilla y económica a otros postres más elaborados como la tarta de manzana. En Latinoamérica, este delicioso postre recibe diversos nombres y variantes, dependiendo del país. Por ejemplo, en México y algunos países de Centroamérica se le conoce comúnmente como "crumble de manzana" o simplemente "postre de manzana con costra", mientras que en Argentina y Chile puede encontrarse bajo la denominación "migas de manzana". Su sencillez y el uso de ingredientes accesibles lo han hecho muy popular en la región.
Este postre se caracteriza por una capa crujiente hecha con mantequilla, harina, azúcar y avena que cubre a las manzanas cocidas, resaltando el sabor natural de esta fruta. La combinación de ingredientes crea un contraste perfecto entre la suavidad de las manzanas y la textura crocante de la cobertura, convirtiéndolo en un favorito para disfrutar en cualquier época del año.