El cobbler es un postre tradicional muy popular en Estados Unidos, especialmente en el sur del país, donde se disfruta durante todo el año, aunque es común verlo en celebraciones y reuniones familiares. Su origen se remonta a los primeros colonos británicos que llegaron a América del Norte, quienes adaptaron sus recetas de tartas y pasteles a los ingredientes disponibles en el nuevo continente. En Latinoamérica, aunque no es tan común encontrarlo con el nombre "cobbler", existen postres similares conocidos como "crumble" en algunas regiones o simplemente como "pasteles de frutas al horno". La combinación de fruitas con una cobertura de masa dulce horneada es una tradición compartida que varía según la fruta y los ingredientes locales.
Este postre suele elaborarse con frutas frescas o enlatadas, y suele acompañarse con helado o crema para equilibrar la textura y el sabor. Una de las versiones más originales y sabrosas es la de pera con queso cheddar, que incorpora un toque salado que contrasta con la dulzura de la fruta, haciendo de este plato una experiencia culinaria única y deliciosa.