El cheesecake es un postre clásico que ha conquistado paladares alrededor del mundo gracias a su textura cremosa y sabor delicado. Su origen se remonta a la antigua Grecia, donde se preparaba un pastel a base de queso fresco para alimentar a los atletas en los Juegos Olímpicos. Con el paso del tiempo, la receta se popularizó en Europa y luego en América, adaptándose a ingredientes locales.
En América Latina, este postre recibe distintos nombres según el país: en México y Centroamérica se le conoce comúnmente como "pastel de queso", mientras que en países como Argentina y Chile también se le denomina "tarta de queso". En algunos lugares, la variante con la incorporación de chocolate o frutas ha ganado gran aceptación.
La receta que presentamos a continuación utiliza queso crema marfil, un ingrediente que aporta una textura suave y un sabor equilibrado, perfecto para lograr el clásico cheesecake con un toque especial.
Como preparar Cheesecake de queso crema marfil
Para comenzar, combine las migas de galleta Graham, el azúcar y la margarina hasta obtener una mezcla homogénea.
Presione esta mezcla en el fondo de un molde desmontable para pastel de 9 pulgadas, asegurándose de cubrir bien toda la base.
Hornee la base a 350 grados Fahrenheit durante 10 minutos y luego retire del horno.
En un recipiente aparte, mezcle el queso crema, el azúcar y la vainilla batiendo a velocidad media con una batidora eléctrica hasta que esté bien combinado y cremoso.
Agregue los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición para integrar todos los ingredientes de manera uniforme.
Incorpore el cuadrado de chocolate sin azúcar derretido en una taza de la mezcla obtenida para preparar la masa de chocolate.
Coloque alternadamente cucharadas de la masa simple y de la masa con chocolate sobre la base horneada.
Corte a través de las masas con un cuchillo varias veces para crear un efecto marmoleado atractivo.
Hornee el cheesecake a 450 grados Fahrenheit durante 10 minutos.
Reduzca la temperatura del horno a 250 grados Fahrenheit y continúe horneando por 30 minutos adicionales para que cuaje correctamente.
Separe cuidadosamente el pastel del borde del molde usando un cuchillo o espátula.
Deje enfriar completamente antes de quitar el borde del molde para conservar la forma y textura del cheesecake.
Refrigere el cheesecake para que tome consistencia y se enfríe por completo antes de servir.