El pastel de queso es un postre apreciado en muchas culturas, y su versión con naranja aporta un toque cítrico y refrescante que ha ganado popularidad en Latinoamérica. Aunque su origen se asocia principalmente con la gastronomía europea, especialmente con Grecia y Alemania, este postre ha sido adaptado en diferentes países latinoamericanos con ingredientes locales y variantes en su preparación. En países como México, Venezuela y Colombia, el pastel de queso es común en las celebraciones familiares, y aunque el foco principal suele ser el queso crema, añadir naranja brinda un sabor único y ligero que se adapta perfectamente a climas cálidos.
En algunos lugares de Latinoamérica, este pastel recibe nombres como "tarta de queso y naranja" o simplemente "pastel de queso frío", destacando la característica principal de su textura cremosa y su presentación sin horneado prolongado. Cada país puede variar en el tipo de base utilizada, así como en los adornos finales, pero la esencia del queso cremoso y el contraste ácido-dulce de la naranja permanecen constantes, haciendo que este postre sea una opción ideal en cualquier ocasión.