La bruschetta es una preparación tradicional italiana que tiene sus raíces en la antigua Roma. Originalmente, se trataba de una forma sencilla de aprovechar el pan viejo, al que se le daba sabor con un poco de aceite de oliva y ajo. A lo largo del tiempo, esta receta ha evolucionado y se ha popularizado en diversas regiones, convirtiéndose en un delicioso aperitivo o entrada. En varios países de Latinoamérica, aunque la bruschetta mantiene su nombre original, también es común encontrar variaciones que podrían denominarse "pan tostado con tomate" o simplemente "tostadas italianas", adaptadas a ingredientes locales y costumbres culinarias.
Esta receta destaca por su simplicidad y frescura, combinando el crujiente del pan con el sabor intenso del ajo, la suavidad del tomate y el toque inconfundible del queso parmesano. Es ideal para compartir en reuniones o como acompañamiento de diferentes platillos.