El biscotti es una tradicional galleta italiana que se originó en la región de la Toscana. Su nombre proviene del latín “biscoctus”, que significa “cocido dos veces”, ya que estas galletas se hornean dos veces para obtener su característico toque crujiente. En Italia, suelen acompañarse con vino dulce o café. En Latinoamérica, aunque no existe un nombre único para esta preparación, en varios países se les conoce como “galletas duras” o simplemente como biscotti, adaptándose las recetas con ingredientes locales que varían según la región. Por ejemplo, en México suelen encontrarse versiones con nueces y frutas secas, mientras que en Argentina se incorporan distintos frutos secos y esencias aromáticas. El biscotti se ha popularizado en todo el mundo por su versatilidad y resistencia al almacenamiento, ideal para acompañar bebidas calientes.
Como preparar Biscotti de cereza y pistacho
Precaliente el horno a 350 grados y engrase ligeramente una bandeja grande para galletas.
En un procesador de alimentos, mezcle la harina, el azúcar, la cáscara de lima y el polvo para hornear hasta integrar completamente.
Agregue la mantequilla y las cerezas ácidas deshidratadas.
Pulse el procesador hasta que las cerezas estén gruesamente picadas.
Retire y reserve una cucharada de huevo batido.
Incorpore los huevos restantes y los pistachos, pulsando hasta que la masa esté uniformemente humedecida.
Vuelque la masa sobre una superficie bien enharinada y divídala en cuatro partes iguales.
Con las manos, forme con cada porción un tronco de aproximadamente 9 pulgadas de largo.
Coloque los troncos transversalmente en la bandeja preparada, separados por unos 3 pulgadas.
Presione ligeramente los troncos para aplastarlos a unos 2 pulgadas de ancho.
Pinte la superficie con el huevo reservado para darles brillo.
Hornee durante 25 minutos o hasta que estén dorados.
Deje enfriar los troncos en la bandeja sobre una rejilla por 10 minutos.
Con una espátula, afloje los troncos y trasládelos a una tabla para cortar; permita que enfríen otros 10 minutos o un poco más.
Con un cuchillo grande y pesado, corte cada tronco diagonalmente en rebanadas de aproximadamente ½ pulgada de grosor.
Coloque las rebanadas de pie en una bandeja limpia para galletas.
Hornee nuevamente entre 14 y 16 minutos, o hasta que las galletas estén crujientes.
Retire del horno y deje enfriar sobre una rejilla antes de servir.