galleta salada

Galleta salada es un tipo de galleta elaborada principalmente con harina, sal y grasas, cuyo sabor es neutro o ligeramente salado, lo que la hace ideal para acompañar quesos, patés, cremas y dips en diversas preparaciones culinarias. Su textura suele ser crujiente y firme, lo que aporta un contraste agradable en ensaladas, aperitivos y platos fríos.

El origen de la galleta salada se remonta a tradiciones europeas, especialmente en países como Inglaterra, donde las galletas tipo "cracker" se han popularizado como acompañamiento en la mesa. Con el tiempo, su consumo se ha extendido a la gastronomía de América Latina, adaptándose a distintas recetas y gustos regionales.

Entre sus propiedades, las galletas saladas aportan carbohidratos como fuente rápida de energía, y debido a su proceso de fabricación, suelen tener una vida útil prolongada. Es importante revisar el contenido de sodio al momento de su consumo, ya que algunas marcas pueden contener cantidades elevadas de sal.

En algunos países de Hispanoamérica, las galletas saladas también se conocen como galletitas saladas, crackers (del inglés, integrado al vocabulario local), o simplemente galletas de soda en países como Argentina y Uruguay.