La receta de los sándwiches de tostadas francesas con cheddar es una deliciosa variación de la clásica tostada francesa, que combina la suavidad y cremosidad del huevo con el sabor intenso del queso cheddar derretido. Originario de la gastronomía estadounidense, este plato ha conquistado paladares en diversos países de Latinoamérica, donde es conocido también como "sándwich de pan francés con queso" o, en algunos lugares, simplemente como "sándwich de tostada francesa". Su popularidad radica en la sencillez de sus ingredientes y en la versatilidad para disfrutarse tanto en desayunos como en meriendas o comidas rápidas.
En diferentes países latinoamericanos, el concepto de la tostada francesa se ha adaptado según las costumbres locales. Por ejemplo, en México y algunos países del Caribe, suele acompañarse con ingredientes salados como el queso, mientras que en Argentina es común encontrar variantes con mermelada o dulce de leche. En Colombia y Venezuela, la tostada francesa también es un desayuno tradicional, y esta versión con cheddar añade un toque diferente y sabroso para quienes prefieren sabores salados y contundentes.
Como preparar Sándwiches de tostadas francesas con cheddar
Para comenzar, coloca una sartén pesada o plancha de hierro fundido al fuego para que se caliente adecuadamente.
Bate ligeramente los huevos en un molde para pastel o en un tazón poco profundo, agrega la leche o crema y la sal, y reserva esta mezcla.
Extiende las rebanadas de pan blanco sobre una superficie de trabajo plana para facilitar el armado de los sándwiches.
Unta ligeramente un lado de cuatro rebanadas de pan con la mostaza preparada para aportar un sabor especial.
Coloca sobre cada una una rebanada de queso cheddar, asegurando que esté bien cubierta para que se derrita de forma uniforme.
Unta con mantequilla las cuatro rebanadas restantes de pan y coloca cada una sobre las rebanadas con queso, con el lado de la mantequilla hacia abajo, formando los sándwiches.
Calienta la mantequilla en la sartén o en la plancha para comenzar la cocción.
Sumerge cuidadosamente cada sándwich en la mezcla de huevo, cubriendo ambos lados por completo.
Deja que el exceso de mezcla de huevo se escurra de vuelta al tazón, evitando que se formen grumos o exceso que puedan quemarse.
Sumerge solo tantos sándwiches como puedan quedar planos en la sartén o plancha para una cocción uniforme.
Cocina a fuego bajo hasta que estén dorados en la parte inferior.
Voltea con cuidado y dora el otro lado para conseguir un acabado crujiente y un queso bien fundido.
Repite el proceso con los sándwiches restantes y, si es necesario, añade más mantequilla a la sartén o plancha para evitar que se peguen durante la cocción.
Como alternativa, puedes colocar los sándwiches, después de sumergirlos en la mezcla de huevo, en una bandeja para hornear bien engrasada y dorar en el horno a 450 grados Fahrenheit durante 8 a 10 minutos para un resultado igualmente delicioso.
Finalmente, sirve los sándwiches calientes para disfrutar al máximo su textura y sabor.