Los muffins de frambuesa con semillas de amapola son una deliciosa variante de los tradicionales muffins que tienen su origen en la repostería anglosajona. Este tipo de pastelitos se popularizó en Estados Unidos y se han extendido por toda Latinoamérica, donde reciben distintos nombres según el país. Por ejemplo, en México y Argentina se les conoce simplemente como "muffins", mientras que en Colombia y Venezuela también se les llama "panquecitos dulces". La combinación de la frambuesa con las semillas de amapola aporta un contraste perfecto entre la acidez de la fruta y la textura crujiente de las semillas, haciendo de esta receta una opción ideal para desayunos o meriendas.
Los muffins suelen ser elaborados con una base de harina para pasteles, azúcar, mantequilla y huevo, ingredientes que hacen que su textura sea ligera y suave. La inclusión de semillas de amapola es popular en diversas recetas europeas y americanas, y en esta mezcla aporta un toque característico que no solo mejora el sabor, sino también el aspecto visual de los muffins. Originarios de la cocina inglesa, los muffins han evolucionado en distintas regiones adaptándose a los ingredientes locales, siendo la frambuesa uno de los frutos favoritos para acompañar esta preparación debido a su frescura y color vibrante.
Como preparar Muffins de frambuesa con semillas de amapola
Para comenzar, precalienta el horno a 350 °F.
Engrasa y enharina los moldes para muffins para evitar que se peguen durante la cocción.
En una batidora a segunda velocidad, mezcla la mantequilla junto con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa.
Agrega la vaina de vainilla partida a las yemas de huevo para infusionar el sabor.
Incorpora lentamente las yemas, una a la vez, a la mezcla de mantequilla y azúcar, batiendo bien después de cada adición.
Continúa batiendo hasta que la mezcla adquiera un color limón suave y una textura homogénea.
Agrega la crema agria y las semillas de amapola, mezclando suavemente para que se integren.
Cierne los ingredientes secos —harina para pasteles, polvo para hornear y bicarbonato de sodio— juntos y agrégalos a la mezcla de yemas de huevo poco a poco.
En un tazón aparte, bate las claras de huevo junto con el azúcar y la crema de tártaro hasta obtener picos firmes.
Incorpora suavemente las claras batidas a la mezcla principal, cuidando no perder aire para mantener la esponjosidad.
Agrega suavemente 1 a 2 pintas de frambuesas frescas, distribuírlas de manera uniforme entre la masa.
Finalmente, hornea en los moldes engrasados durante 20 a 25 minutos, o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.