Muffins de avena con salvado y puré de manzana son una opción saludable y deliciosa que combina ingredientes naturales para crear un snack ideal para cualquier momento del día. Su origen se relaciona con la cocina casera norteamericana, donde los muffins surgieron como un panecillo rápido y fácil de preparar, perfecto para desayunos o meriendas. En Latinoamérica, aunque no tienen un nombre específico diferenciado, se los conoce simplemente como muffins o magdalenas, siendo muy populares en países como México, Argentina y Colombia. La avena, ingrediente principal de esta receta, ha sido valorada en muchas culturas por sus beneficios nutricionales desde tiempos antiguos, especialmente en países como Chile y Perú donde se utiliza ampliamente en la repostería saludable.
Además, el uso del salvado de avena y el puré de manzana aporta fibra y humedad natural a la masa, permitiendo evitar el uso excesivo de grasas y azúcares, algo muy valorado en la repostería moderna. Este tipo de muffin es una excelente alternativa para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al sabor y la textura tierna característica de los muffins tradicionales.
Como preparar Muffins de avena con salvado y puré de manzana
Precalienta el horno a 400 °F (200 °C).
Forra 12 moldes para muffins con papel, o engrasa los moldes para evitar que se peguen.
En un recipiente grande, mezcla los ingredientes secos: azúcar morena, salvado de avena, harina, polvo de hornear, bicarbonato de sodio, canela, nuez moscada, sal, y si deseas añade nueces y pasas para dar textura y sabor adicional.
En otro recipiente, bate juntos la vainilla, el aceite vegetal, los huevos y el puré de manzana sin azúcar hasta integrar bien todos los ingredientes.
Haz un hueco en el centro de los ingredientes secos y vierte los ingredientes húmedos dentro.
Mezcla suavemente hasta integrar todo de manera homogénea, pero evitando batir demasiado para que los muffins queden esponjosos.
Deja reposar la mezcla por 10 minutos para que el salvado y la harina absorban los líquidos.
Coloca la mezcla en los moldes forrados con papel, llenándolos aproximadamente hasta tres cuartos de su capacidad.
Hornea por 15-20 minutos o hasta que estén dorados y al insertar un palillo, este salga limpio.
Deja enfriar los muffins en el molde por 5 minutos y luego retíralos a una rejilla para que se enfríen completamente antes de servir.