Las galletas de la tía Mary son una deliciosa tradición culinaria que ha pasado de generación en generación en muchas familias latinoamericanas. Su origen se remonta a la repostería casera europea, donde las galletas simples y suaves eran un acompañante perfecto para el té o el café. En distintos países de Latinoamérica, se les conoce con nombres variados, como “bizcochitos” en Argentina, “galletitas de manteca” en Chile, o simplemente “galletas caseras” en México, pero todas mantienen ese sabor casero inigualable que recuerda a la infancia y a los momentos en familia.
Estas galletas destacan por su textura suave y ligeramente hojaldrada, gracias a la incorporación de manteca en la mezcla, que les da un sabor y aroma muy especial. Son fáciles de preparar y se pueden disfrutar en cualquier momento del día, ya sea como un snack o postre.
Como preparar Las galletas de la tía Mary
Para hacer estas exquisitas galletas necesitarás los siguientes ingredientes: harina de trigo, polvo de hornear, sal, azúcar, manteca y leche.
Paso 1: Combine los primeros 4 ingredientes en un bol grande.
Paso 2: Incorpore la manteca usando un cortapastas o dos cuchillos hasta que la mezcla tenga una textura gruesa.
Paso 3: Vierta la leche en el centro y mezcle con un tenedor hasta que la mezcla se desprenda de los lados del tazón.
Paso 4: Amasar cuidadosamente sobre una tabla ligeramente enharinada.
Paso 5: Estirar o aplastar la masa hasta lograr un grosor de 3/4 pulgadas y cortar con un cortador de galletas de 2 pulgadas.
Paso 6: Colocar las galletas en una bandeja sin engrasar y hornear a 450 °F (aproximadamente 230 °C) por 10 a 15 minutos, o hasta que estén doradas.
Paso 7: Si desea, puede pincelar la parte superior de las galletas con leche para que se doren aún más.
¡Y listo! Disfrute estas galletas de la tía Mary recién horneadas, perfectas para acompañar una bebida caliente o compartir con familiares y amigos.