Gazpacho blanco es una variante menos conocida pero igualmente refrescante y deliciosa del famoso gazpacho andaluz. Este platillo tiene sus raíces en la cocina española, especialmente en la región de Andalucía, donde el gazpacho tradicional se prepara con tomates maduros y otros vegetales frescos. El gazpacho blanco, en cambio, se elabora principalmente con pepinos y otros ingredientes que le dan un sabor suave y cremoso, ideal para los días calurosos.
En diferentes países de Latinoamérica, el gazpacho puede variar en sus ingredientes y nombre. Por ejemplo, en algunas regiones se le conoce simplemente como sopa fría de pepino o sopa fría blanca, mientras que en México y otros países suele disfrutarse con un toque más cremoso gracias a la adición de crema agria o yogur. Esta variante blanca ofrece una opción ligera y nutritiva, manteniendo la esencia refrescante típica del gazpacho.