Galletas de anís: Estas deliciosas galletas tradicionales tienen una larga historia en la gastronomía de varios países latinoamericanos y europeos. Su origen se remonta a la cocina española, donde el anís se ha utilizado durante siglos para aromatizar dulces y panes. En Latinoamérica, las galletas de anís son especialmente populares en países como México, Colombia, y Argentina, aunque pueden recibir diferentes nombres, como "bizcochos de anís" o simplemente "galletas de anís". En algunas regiones, estas galletas forman parte de celebraciones especiales, como las fiestas patronales o la temporada navideña, siendo un postre típico que une generaciones al compartir su sabor único y aroma característico.
En otros países latinoamericanos, el anís también se emplea en una variedad de recetas dulces y bebidas, lo que refleja la importancia cultural de esta semilla aromática. La textura crocante y el perfume inconfundible del anís hacen que estas galletas sean irresistibles para quienes disfrutan de sabores tradicionales y artesanales, conservando las técnicas de preparación clásicas que se han transmitido de generación en generación.
Como preparar Galletas de anís
Para comenzar, es importante engrasar y enharinar las bandejas para hornear, asegurando que las galletas no se peguen durante el proceso de cocción.
En un bol grande, batir las yemas de huevo junto con el azúcar glas y la sal hasta obtener una mezcla pálida y cremosa que servirá como base para la masa.
Por otro lado, batir las claras de huevo hasta que estén muy firmes, aportando aire y ligereza a la preparación.
Incorporar las claras batidas a la mezcla de yemas con movimientos suaves para mantener la esponjosidad.
Cernir la harina, el polvo para hornear y la semilla de anís sobre la mezcla de huevo para asegurar una distribución uniforme de los ingredientes secos.
Incorporar los ingredientes secos a la mezcla rápidamente pero con cuidado, evitando que la masa pierda volumen.
Llenar una manga pastelera con boquilla lisa con la mezcla de galletas para poder formar las porciones de manera uniforme.
Formar pequeñas rondas sobre las bandejas preparadas, dejando espacio entre cada una.
Dejar reposar toda la noche para que las galletas se sequen y adquieran la textura adecuada antes del horneado.
Precalentar el horno a 163°C (325°F), preparando el ambiente ideal para cocinarlas lentamente.
Hornear las galletas durante 20 minutos o hasta que estén ligeramente doradas y firmes al tacto.
Finalmente, enfriar las galletas en una rejilla para que mantengan su textura crujiente y se enfríen de manera uniforme.
