Derretidos de menta con chocolate: historia y origen
Los derretidos de menta con chocolate son una deliciosa combinación que ha ganado popularidad en diversos países de Latinoamérica gracias a su sabor fresco y dulce. Su receta proviene de la inspiración en los tradicionales postres con chocolate de Europa, a los que se les añadió un toque de menta para resaltar el sabor y brindar una experiencia diferente.
En países como México, Argentina y Colombia, esta preparación es conocida simplemente como “galletas de menta con chocolate”, aunque en algunas regiones las llaman “galletas refrescantes” o “galletas de menta glaseadas”. La combinación de chispas de chocolate con menta ha sido especialmente apreciada durante las celebraciones navideñas, pero también como postre cotidiano por la frescura que aporta.
El uso de glaseado de chocolate con menta y almendras en la cobertura otorga un toque elegante y crujiente que ha hecho que esta receta se convierta en favorita tanto para adultos como para niños. Su preparación es sencilla, pero el resultado es un verdadero deleite para quienes disfrutan del contraste entre el chocolate y la menta.
Como preparar Derretidos de menta con chocolate
Ingredientes:
Chispas de chocolate con menta, yema de huevo, mantequilla, harina, azúcar glas, almendras y grasa vegetal.
Pasos para la preparación:
Galletas:
Precalienta el horno a 350 grados F.
Derrite al baño maría 1 taza de chispas de chocolate con menta.
Revuelve hasta que esté suave.
Reserva.
En un tazón grande, combina mantequilla, azúcar glas y yema de huevo.
Bate hasta que esté cremoso.
Agrega las chispas derretidas y la harina.
Bate hasta que esté bien mezclado.
Coloca cucharadas colmadas en bandejas para galletas sin engrasar.
Hornea a 350 grados F durante 8 a 10 minutos.
Deja reposar por 3 minutos antes de moverlas de las bandejas.
Enfría completamente sobre rejillas.
Glaseado:
Combina al baño maría las restantes 1/2 taza de chispas de chocolate con menta y manteca vegetal.
Revuelve hasta que las chispas se derritan y la mezcla esté suave.
Rocía cada galleta con 1/2 cucharadita del glaseado.
Espolvorea con almendras.
Refrigera hasta que se fije.
Guarda en un recipiente hermético en el refrigerador para conservar su frescura.