La carne seca de res es una preparación tradicional que ha acompañado a diversas culturas latinoamericanas desde tiempos ancestrales. Su origen se remonta a prácticas indígenas y campesinas que buscaban conservar la carne durante largos períodos sin necesidad de refrigeración, utilizando técnicas de secado al sol o al viento. En países como México se le conoce comúnmente como "carne seca" o "cecina", mientras que en otros lugares como Colombia y Venezuela, recibe nombres similares, aunque con pequeñas variaciones en preparación y especias. En Argentina y Uruguay, una versión parrillera se llama "charqui", palabra derivada del quechua, que también significa carne deshidratada.
Este método de conservación no solo permitió la supervivencia en épocas de escasez, sino que también dio lugar a un alimento de sabor intenso y textura única, ideal para consumir como snack proteico o como complemento en diferentes platillos. Hoy en día, la carne seca sigue siendo apreciada en toda Latinoamérica, reinventándose en recetas caseras y comerciales, adaptándose a modernos procesos como la deshidratación en horno, que asegura mejor control y seguridad alimentaria.
Como preparar Carne seca de res deshidratada en horno
Para preparar esta deliciosa carne seca de res deshidratada en horno, solamente se necesitan algunos ingredientes básicos y seguir una serie de pasos sencillos que garantizan un resultado perfecto, con un sabor intenso y una textura firme.
Ingredientes: Bistec magro de falda, salsa de soja, salsa Worcestershire, pimienta, polvo de ajo y sal de cebolla.
Pasos:
Recortar y desechar toda la grasa de la carne.
Cortar la carne en tiras largas de 1/4 de pulgada de grosor.
Combinar los ingredientes restantes.
Agregar las tiras de carne, cubriendo todas las superficies.
La carne absorberá la mayor parte del líquido.
Cubrir herméticamente y marinar toda la noche en el refrigerador.
Escurrir cualquier líquido.
Colocar las tiras de carne juntas pero sin que se superpongan, directamente sobre las rejillas del horno.
Secar la carne a la temperatura más baja del horno, de 150 a 200 grados, hasta que la carne se ponga marrón, esté seca y se sienta dura.
Cortar en piezas de 1 pulgada, usando tijeras.
Enfriar completamente antes de almacenar en recipientes herméticos.
El beef jerky se conserva indefinidamente a temperatura fresca ambiente o en el refrigerador.