Biscotti pequeño de café con avellanas, originarios de Italia, son unas galletas tradicionales conocidas por su textura crujiente y su sabor intenso. Su nombre proviene del latín "bis coctus", que significa "dos veces cocido", haciendo referencia a su proceso particular de horneado doble que las hace perfectas para acompañar una taza de café o té.
En Latinoamérica, aunque son menos comunes, estas galletas suelen conocerse también como “picos” o simplemente biscotti, dependiendo del país. Por ejemplo, en México algunos las llaman "cuernitos de café" por su forma y sabor, mientras que en Argentina y Chile conservan el nombre italiano. Este dulce tradicional se ha ido adaptando con ingredientes locales, como el uso de avellanas, que aportan un toque diferente y delicioso a su clásica receta.
Como preparar Biscotti pequeño de café con avellanas
Precalienta el horno a 375 grados.
Forra una bandeja para galletas con papel aluminio.
Bate los huevos, azúcar y granos de café en un tazón mediano con batidora eléctrica hasta que los granos de café se disuelvan y la mezcla esté espesa.
Incorpora con movimientos envolventes 1/2 taza de harina, nueces y la 1/2 taza restante de harina hasta que esté bien mezclado.
Coloca la masa en una bolsa plástica con cierre tipo zipper de tamaño galón y corta una esquina para hacer una abertura de 1/2 pulgada de ancho.
Forma nueve tiras de 12 pulgadas de largo cruzadas y separadas 1 pulgada sobre la bandeja para galletas preparada.
Hornea de 6 a 8 minutos.
Hasta que las tiras se vean secas y reboten al tocarlas ligeramente.
No deben dorarse.
Saca del horno.
Deja enfriar en la bandeja de 1 a 2 minutos.
Mientras estén tibias, despega una tira a la vez del papel aluminio, colócala sobre una tabla de cortar y con un cuchillo serrado, córtala en diagonal en 20 rebanadas.
Retira el papel aluminio de la bandeja para galletas.
Distribuye las rebanadas sobre una bandeja para galletas sin engrasar.
Hornea de 10 a 12 minutos.
Voltea las rebanadas una vez con una espátula metálica hasta que estén secas y tostadas.
Desliza las galletas sobre la encimera para que se enfríen completamente.
Guarda sueltas y cubiertas ligeramente en un lugar fresco y seco hasta por 1 mes.