leche condensada

Leche condensada es un producto lácteo obtenido al eliminar aproximadamente el 60% del agua de la leche, a lo que se le añade una gran cantidad de azúcar, logrando una textura espesa, dulce y cremosa. Es un ingrediente muy utilizado en la repostería y la elaboración de postres, aportando sabor y consistencia a preparaciones como flanes, pasteles, helados y dulces tradicionales.

Su origen se remonta al siglo XIX, cuando se desarrolló como una alternativa para conservar la leche fresca sin necesidad de refrigeración. Desde entonces, ha sido un elemento básico en muchas cocinas alrededor del mundo, especialmente en países de América Latina.

Entre sus principales propiedades, destaca su alto contenido energético debido al azúcar y las grasas presentes, lo que lo hace ideal para preparar dulces y postres ricos en sabor y textura. Además, aporta calcio y proteínas propias de la leche, aunque en menor proporción debido a la concentración y proceso de elaboración.

En diferentes regiones de Hispanoamérica, la leche condensada se conoce también como leche dulce, leche azucarada o simplemente condensada. Independientemente del nombre, su uso en la cocina es esencial para darle un toque cremoso y dulce a una gran variedad de recetas tradicionales.