Usado en múltiples recetas populares
chocolate blanco para cocinar
Dulces y Endulzantes
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Inactivo
Chocolate blanco para cocinar es un ingrediente dulce y cremoso elaborado principalmente a base de manteca de cacao, azúcar y leche en polvo, sin contener sólidos de cacao, lo que le confiere su característico color claro y sabor suave. A diferencia del chocolate negro o con leche, el chocolate blanco no tiene un sabor amargo ni intenso, lo que lo convierte en una opción popular para postres, salsas y coberturas.
Su origen se remonta a mediados del siglo XX, cuando se desarrolló como una variante del chocolate tradicional para ampliar las opciones de sabor en la repostería. El chocolate blanco se utiliza comúnmente en recetas como mousses, trufas, galletas, cheesecakes y glaseados, aportando una textura sedosa y un dulzor equilibrado.
En términos de propiedades, el chocolate blanco es una fuente rica en grasas saludables provenientes de la manteca de cacao, además de contener calcio por la leche en polvo, aunque suele presentar mayor contenido en azúcares y calorías que el chocolate oscuro. No contiene cafeína ni teobromina, por lo que es una buena alternativa para quienes quieren evitar estos estimulantes.
En diferentes regiones hispanoamericanas, el chocolate blanco para cocinar puede recibir nombres variados, aunque el término es bastante universal. Algunas denominaciones comunes incluyen chocolate blanco de repostería, chocolate blanco para fundir o simplemente chocolate blanco. En algunos países, también puede encontrarse referido como chocolate blanco dulce o cobertura blanca.
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